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En esta jornada recuperamos parte de las actividades que dejamos por la lluvia. Por la mañana nos dividimos en dos grupos: uno con los más mayores que desafío el límite vertical, subiendo a lo alto del Peñaescabia (1331m), y el otro con los peques que por fin conoció el majestuoso nacimiento del río Palancia.
Vivimos ambas rutas con nuestro estilo disfrutón, sin correr, parándonos a gozar de las maravillas de paisaje, flora, fauna, geológicas... que nos ofrecía el recorrido.
Tras la comida hicimos una de las actividades que más nos gusta del campamento: La visita a la huerta ecológica de Los Cloticos. Allí descubrimos algunas de las cosas por las que es tan importante, y sobre todo el estilo de vida más saludable y tranquilo al que van asociadas, estas huertas ecológicas, que no solo prescinden de los químicos de síntesis, sino de muchas de las formas de nuestro loco y acelerado modo de vida. Además entre tod@s ayudamos a sacar la principal cosecha de patatas del año, en lo que fue un auténtico festival, ya que lo convertimos entre tod@s en un gran juego.
Al acabar una de las actividades más interesantes, con 'miga' del campamento, por el potencial futuro en forma de economía cooperativa, social, colaborativa, que la actividad tiene. Estamos hablando de la actividad de trueque, en la que cada lince trae algo en buen estado pero que ya no utiliza para trocar con otro compañer@ o miembro del equipo educativo.
¡Y luego gran aventura! Nos fuimos al Pozo de la Torrecilla, una enorme poza de agua fría para disfrutar junt@s de un valor que nunca hemos de olvidar cuando hablemos de la conservación y calidad del agua: Su valor lúdico y socializador. Podemos bucear en la importancia de este valor del agua en las personas, hasta el lejano paelolítico, tiempo en el que aún viven algunos grupos humanos indígenas sobre la Tierra. Para ell@s el baño, por ejemplo en el Orinoco amazónico, supone la reunión relajada de todo el grupo humano diariamente, entre juegos y conversaciones.
Y por la noche colofón de una trepidante jornada con el juego más exitoso: La noche de brujas. Los linces han de conseguir con carreras, pociones mágicas y muchas ganas e ilusión, que las brujas no contaminen todos los ríos del Planeta con su conjuro mágico.
Puedes seguir el relato de lo que hicimos este día, siguiendo las explicaciones de cada foto. Las encontrarás aquí en este álbum de nuestro Facebook. No hace falta tener cuenta para poder verlas.
En esta jornada recuperamos parte de las actividades que dejamos por la lluvia. Por la mañana nos dividimos en dos grupos: uno con los más mayores que desafío el límite vertical, subiendo a lo alto del Peñaescabia (1331m), y el otro con los peques que por fin conoció el majestuoso nacimiento del río Palancia.
Vivimos ambas rutas con nuestro estilo disfrutón, sin correr, parándonos a gozar de las maravillas de paisaje, flora, fauna, geológicas... que nos ofrecía el recorrido.
Tras la comida hicimos una de las actividades que más nos gusta del campamento: La visita a la huerta ecológica de Los Cloticos. Allí descubrimos algunas de las cosas por las que es tan importante, y sobre todo el estilo de vida más saludable y tranquilo al que van asociadas, estas huertas ecológicas, que no solo prescinden de los químicos de síntesis, sino de muchas de las formas de nuestro loco y acelerado modo de vida. Además entre tod@s ayudamos a sacar la principal cosecha de patatas del año, en lo que fue un auténtico festival, ya que lo convertimos entre tod@s en un gran juego.
Al acabar una de las actividades más interesantes, con 'miga' del campamento, por el potencial futuro en forma de economía cooperativa, social, colaborativa, que la actividad tiene. Estamos hablando de la actividad de trueque, en la que cada lince trae algo en buen estado pero que ya no utiliza para trocar con otro compañer@ o miembro del equipo educativo.
¡Y luego gran aventura! Nos fuimos al Pozo de la Torrecilla, una enorme poza de agua fría para disfrutar junt@s de un valor que nunca hemos de olvidar cuando hablemos de la conservación y calidad del agua: Su valor lúdico y socializador. Podemos bucear en la importancia de este valor del agua en las personas, hasta el lejano paelolítico, tiempo en el que aún viven algunos grupos humanos indígenas sobre la Tierra. Para ell@s el baño, por ejemplo en el Orinoco amazónico, supone la reunión relajada de todo el grupo humano diariamente, entre juegos y conversaciones.
Y por la noche colofón de una trepidante jornada con el juego más exitoso: La noche de brujas. Los linces han de conseguir con carreras, pociones mágicas y muchas ganas e ilusión, que las brujas no contaminen todos los ríos del Planeta con su conjuro mágico.
Puedes seguir el relato de lo que hicimos este día, siguiendo las explicaciones de cada foto. Las encontrarás aquí en este álbum de nuestro Facebook. No hace falta tener cuenta para poder verlas.
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